El Programa de los Doce Pasos

Admitimos que éramos impotentes ante nuestro problema, y que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables

Llegamos a creer que un Poder Superior a nosotros mismos podría devolvernos el sano juicio

Decidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de Dios, tal y como cada uno Lo conciba

Sin ningún temor hicimos un inventario moral de nosotros mismos

Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros defectos

Estuvimos totalmente dispuestos a dejar que nuestro Poder Superior liberase todos estos defectos de carácter

Humildemente Le pedimos que nos liberase de nuestros defectos

Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habíamos ofendido y estuvimos dispuestos a reparar el daño que les causamos

Reparamos a cuantos nos fue posible el daño que les habíamos causado, salvo en aquellos casos en los que el hacerlo perjudicaría a ellos mismos o a otros

Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocábamos lo admitíamos inmediatamente

Intentamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto consciente con Dios, tal como cada cual Lo conciba, pidiéndole sólo que nos dejase conocer su voluntad para con nosotros y nos diese la fortaleza para llevarla a cabo
