El Programa. Paso Cinco III

Buscar a la persona adecuada, sentarme frente a ella, superar la vergüenza a contarle mis secretos, esos que no quería ver, situaciones de las que me avergonzaba, las que he visto cuando hice el Paso Cuarto, quedarme sorprendido al ver como se lo estoy diciendo a esa persona, nunca creería que tendría el valor de hacerlo. Acabar de hablar, salir de allí, sentir una emoción intensa, me estaba perdonando. En ese momento fui capaz de tener un sentimiento de auténtico perdón, que podía comenzar una nueva vida sin el sentimiento de culpa que siempre me había acompañado. Todo era posible, a partir de ese momento me liberé de una de mis mayores cargas, la de mi pasado. Hacer el Paso Quinto ha sido la mayor liberación que he tenido en mi vida, perdonarme por lo que hice, por el daño causado, a mí, a los demás. Todo era posible a partir de ese momento, dependía solo de mí, de mi sano juicio. Había comenzado el camino, me había reconciliado conmigo. Una mezcla de emociones se juntaron en ese momento en que abandone la habitación; me embargaron los buenos sentimientos, esos que me mueven a perdonar, a proponerme hacer todo lo que pueda para evitar hacer daño, para mejorar la vida, la mía, la de los que están conmigo. Nunca antes había sentido algo parecido, fue uno de los mayores actos de amor, hacia mí, que he tenido en mi vida; ahora sé que el Paso Quinto ha sido el que me ha permitido comenzar a quererme, el comienzo de un camino que me acerca a la buena vida.