Una de las cosas que diferencia al Programa de Doce Pasos sobre otras formas espirituales, religiosas, científicas, es que para conseguir que yo mejore, en este Programa no persigo ser lo que no soy, ser diferente a lo que soy, en este paso cuarto acepto lo que veo, como parte de mi naturaleza, lo que siento es como soy. Acepto como soy. Si soy celoso no pretendo no ser celoso, si soy desconfiado no pretendo ser confiado, lo que me ayuda este Programa es a derrotarme ante las partes de mi ego que me hacen daño, a mí, a los demás. La derrota como la única salida para dejar de huir de mí, para aceptar lo que soy. El Programa me ayuda a derrotarme cuando se presentan mis celos, no dejándoles que se manifiesten; a derrotarme cuando se presenta mi desconfianza, no dejándola que se manifieste. El problema de mi vida, sin solución, era cuando huía de mí hacia comportamientos autodestructivos, que me estaban llevado a la enfermedad mental. No querer ver lo que soy ha sido la manera que tenía de huir de mí; tapar con adicciones lo que no quería ver en mí era mi solución. Ahora no se trata de querer ser lo que no soy, se trata de convivir con mi ego de una forma que no haga daño, a mí, a los demás. El Programa me ofrece una forma de ver esto sin castigarme por ello, apartando los pensamientos de culpabilidad cuando veo mis defectos de carácter; aquí es necesario que sea muy generoso conmigo para que el Paso Cuatro me acerque a la buena vida.
