La importancia del Paso Tres está en evitar mi autodestrucción, enfrentarme a mis defectos de carácter sin haber sentido los efectos positivos de este paso. No me vale con desenmascarar mis problemas infantiles, familiares, sexuales, para que me libere de ellos. Mi yo, mi ego, es más astuto que todo ello; salvo que tenga la ayuda clara, palpable, eficaz de un Poder Superior, Dios, la Naturaleza, lo único que conseguiré es, lo que ya identifico con cierta facilidad, mi autodestrucción. Pasar por el Paso Tres sin sentir realmente sus beneficiosos efectos no varía substancialmente de la del terapeuta que profundiza en el pasado sin que esto funcione en la práctica, un nuevo hábito que mantengo a la larga, un cambio en mi naturaleza. Lo que sí está demostrado por millones de testimonios es que es a través de un Poder Superior, Dios, como cada uno lo conciba, podemos abordar nuestros defectos de carácter, sin temor, sin castigarnos por ello, seguir avanzando en El Programa, aunque este sea un proceso muy lento, de muchos años, tantos como los que he tardado en crearlos, en los que los he hecho míos. Solo pensar en mis defectos sin una base espiritual fuerte lo que me produce es tristeza, enfado, actitudes negativas. El Paso Tres es imprescindible para sentir la esperanza de que se puede mejorar, de que estos defectos no se interpondrán entre yo y las personas que quiero, entre yo y los demás. El Paso Tres me acerca a la buena vida.
