Conectar conmigo, sentir mi insignificancia, conectar con todos, con todo lo que vive, llenarme de los buenos sentimientos que todos tenemos, los que se manifiestan diariamente, como algo natural, pasándonos desapercibidos, estamos acostumbrados, nos parece natural que nuestro comportamiento sea ese y no el destructivo. Los buenos sentimientos son los que estoy buscando, los encuentro fácilmente en La Naturaleza, en una iglesia, en un templo, en un concierto de música, lugares donde se manifiesta de forma muy clara nuestra mejor parte, la que quiere que seamos mejores, la que no quiere hacer daño, la que mueve nuestros mejores sentimientos, la que nos une. Creo que practicar la religión, la espiritualidad, lo que persigue es sentirse querido, sentir que a través de mi Poder Superior puedo notar el amor, aunque no se diga, aunque no se sepa, en esos lugares es donde se pone, de una forma evidente, lo que nos une, nuestra voluntad para amar, para evitar hacer daño, aunque en muchas ocasiones hagamos lo contrario, son las menos, parecen las más. Practicar el cristianismo, budismo, la espiritualidad, lo que logran es alimentar mi alma, esa parte de mí tan importante, que había tenido tan abandonada, tan necesitada de alimento; las religiones, la espiritualidad me llena de buenos sentimientos que alimentan mi alma, la que seguirá en este mundo cuando mi cuerpo se vaya. Practicar la espiritualidad me acerca a mí, a los demás, a la buena vida.
