Las personas que veo en un grupo me acogen con cariño, me dicen que tranquilo, no me juzgan, solo les importa su recuperación, me identifico con su problema, no estoy solo, enseguida siento que pertenezco ya a su grupo, uno más. En este paso tomo una nueva actitud ante mi vida, siento que puedo cambiar la forma en cómo estoy viviendo, siento, todavía sin saberlo, toda la fortaleza de este paso. Nada más entrar en contacto con el Paso Uno comienzo a tener sano juicio, hago cosas para evitar codepender, comienzo a poner límites sanos, actúo ante lo que me perjudica, me voy de un sitio, desvío mi atención de alguien hacía otra persona, evito asistir a lugares donde intuyo que pueden ser conflictivos. Cuando hago este paso tomo consciencia de mi problema, adquiero un nuevo sentimiento de libertad, de poder sobre mi vida, es una sensación de fortaleza, un nuevo sentimiento de integridad personal al saber que estoy haciendo lo que es mejor para mí. El resultado es cambiar el foco de atención, dejar de controlar la vida de esa persona para prestar atención a mi vida. Vivir y dejar vivir, en esto consiste el primer paso. Derrotarme ante el sentimiento de desconfianza, que me aparece cuando intento controlar la vida de la persona que tiene más poder sobre mí. Esto lo logro cambiando el foco de atención, de cómo vive esa persona a cómo quiero vivir yo. El paso uno me ayuda a tener una nueva visión de mi vida, me ayuda a acercarme a la buena vida.
