El Programa. Paso Uno IV

En este paso no me tengo que ir a mi niñez para ver lo que me llevó a tocar fondo, demasiado lejos para recordar con certeza, demasiado fácil buscar culpables de conductas con las que vine o que aprendí. Este paso no es para intelectualizarlo; lo que necesito es derrotarme ante los sentimientos y comportamientos que me llevaron a los grupos de CoDA, los que no supe manejar, los que hicieron que tuviera una vida ingobernable. Necesito identificar lo que pensaba, decía, lo que hacía cuando me relacionaba con los demás, con los más cercanos. Fueron mis temores los que están detrás de todos estos comportamientos; el temor al abandono me hacía no compartir mis relaciones con los demás. Me era fácil relacionarme pero el temor a que los demás me vieran como soy hacía que mis relaciones no durasen, que fueran pocas, superficiales. El temor a sufrir me mantenía en un estado de angustia que no dejaba disfrutar de la vida, a mí, a los demás. Uno de mis comportamientos codependientes se manifestaba con la desconfianza, sobre todo con la persona que más cerca estaba de mí, el temor a su abandono me hacía querer controlar su vida. Sentir que los demás me podían rechazar hacía que me aislase. Es inútil buscar en mi pasado de donde me vinieron esos temores, lo cierto es que estaban en mí y son los que me producían una vida ingobernable; derrotarme totalmente ante ellos es lo que me acerca a la buena vida.

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