Lo que voy logrando al trabajar este Paso Diez es ser más libre de los remordimientos, esos sentimientos que se interponen entre la buena vida y yo. El Paso Diez me pide que repare lo antes posible el daño causado, a mí, a los demás. Al hacer el inventario diario, o al hacerlo en cada momento que lo necesite, puedo ver que hay algo por lo que estoy mal, algo que he dicho, que he hecho, algo que me hizo perder mi equilibrio, y que después siguió en mi cabeza; unas veces solo con leves sensaciones de malestar, otras con fuertes remordimientos. Las cosas por las que me arrepiento me llevan a un estado de malestar del que me habla este Paso Diez; me dice que no es necesario alargar ese malestar en el tiempo, que en mi mano está liberarme de esa sensación, de ese dolor. Lo que hago, lo que digo que genera situaciones en las que provocan enfado, rechazo, conflicto, no solo consigue que me sienta mal en el momento en el que pasa, sino que después me atormenta durante horas, días, semanas, meses y puede que hasta años. Mi mente no se libera cuando pasa la situación sino que, una y otra vez, vuelve a resentir lo que dije, lo que hice, con malestar, con remordimientos. En este Paso Diez me permite liberarme, no de que diga o haga cosas que produzcan daño, a mi, a los demás, sino lo que me permite este Paso Diez es que me libere del daño que mi mente me produce volviendo, una y otra vez, a sentirlo. Poder reparar lo antes posible, poder decir a esa persona que, siento no haber podido manejar la situación mejor, decir esto me libera en el mismo momento del sufrimiento. Este Paso Diez me acerca a la buena vida.
