Paso Diez XLII, Paso Once I

La oración fue un descubrimiento; desde entonces a sido una guía que me ha servido, y lo sigue haciendo, para acercarme a la buena vida. Con ella he podido mantener vivo lo que es bueno, lo que es malo para mí. Es una oración que no estaba hecha, la he creado yo. Al avanzar en el Programa, en el conocimiento que tengo de mí, he podido personalizarla, con el tiempo la he ido adaptando a mis nuevas situaciones personales. Todos los días, ya como un hábito, me la digo mientras camino media hora al trabajo. En mi oración hablo de perder el temor al mañana; de luchar y vencer para tener sano juicio, ese que hace de lo que quiero lo que me conviene; habla de reparar, de amar; de que para tener relaciones sanas, afectuosas, necesito no manipular, no imponer, no enfadarme, dedicarles tiempo, hablar de forma afectuosa, escuchar poniéndome en su lugar; me recuerda que tengo que derrotarme ante la envidia, la impaciencia y la ira; de lo importante que es crearme una vida que me guste; de tener iniciativa y creatividad con mi pareja, derrotándome ante los celos y la desconfianza; mi oración habla de lo que debo hacer para cuidar mi salud física, cuidándome, estando en mi peso; de mi salud mental, meditando, aprendiendo cosas nuevas; de mi salud emocional, trabajando El Programa, evitando exponer mis sentidos a todo lo tóxico; de mi salud espiritual, conectando con todos; mi oración habla del trabajo para sentirme valorado, de mis finanzas, para hoy, para el futuro. Este Paso Once mejora mi contacto consciente con mi Poder Superior, me acerca a la buena vida.