Porqué un día estoy alegre y al siguiente estoy triste cuando en mi vida nada ha cambiado sustancialmente. Porqué no he buscado la alegría de una manera más consciente. Qué temores me han hecho ponerme un escudo ante las relaciones. Cuando me noto más alegre es durante y después de mantener buenas relaciones con los demás, cuando logro compartir con ellos las actividades que nos gustan. Son las relaciones personales, más que cualquier otra cosa, las que me hacen sentir alegre, pero no son todas las relaciones. En mis tres círculos, los más próximos, las personas que más quiero, las que más poder tienen sobre mí, ellas me dan amor, satisfacciones, compañía, apoyo, me dan casi todo pero no frecuentemente alegría. Estan los amigos, personas que compartimos actividades que nos gustan, los que hacemos esfuerzos para mostrar nuestra mejor cara, ocultar nuestro lado oscuro, estas relaciones personales me hacen estar alegre, son más divertidas, no pretendemos cambiarnos, nos aceptamos tal como somos. El resto de relaciones son las que intento guardar las formas, respetarlos para poder tener una calidad de vida, pero tampoco me dan la alegría de la que hablo. Dar un sentido a mi vida, algo por lo que luchar, que me exija ser mejor, aprender para sentirme valorado, mejorar mi autoestima, estar abierto a nuevas amistades, cuidar las que tengo; además del compromiso con mis más queridos, debo vivir mi vida; compartir con amigos las cosas que más nos gustan hace que esté más alegre, me acerca a la buena vida.
