Paso Once LIV, mi niño interior VII

Sé que mi niño interior tenía miedos, unos, a que me abandonasen, otros, a qué no me quisieran, muchos a, todavía no he podido profundizar en su alma para saberlo, pero estoy seguro que esos miedos son los que han provocado que mi niño interior se haya ido poniendo caretas, haya ido adquiriendo comportamientos que no son suyos, se haya llenado de mentiras, de sus padres, de su familia, de los demás. Poco a poco y sin darse cuenta fue dejando de ser él para moverse por la vida, se fue traicionando. Ahora, con este Paso Once estoy volviendo a comunicarme con él, pidiéndole que no tenga miedo, que se manifieste como es él. Diciéndole que ahora ya nos hemos hecho mayores, que estoy con él, no tiene porqué tiene que tener miedos. A mi niño interior le llevo cuando voy a caminar por la montaña, le pido que me acompañe andando al trabajo, recurro a él cada vez que me veo manifestándome con comportamientos que no son míos. Cada vez que me veo pensando, diciendo, haciendo cosas de los demás, abrazo a mi niño interior, llevo la atención a la respiración, al inspirar le reconozco en mí, al expirar le sonrío. Mi niño interior me permite volver a mí, después de tanto tiempo huyendo de mí, por fin he encontrado el camino para volver a mí. Mi niño interior me acerca a la buena vida.