A través de mindfulness a la respiración logro respirar durante el día de una manera más profunda, más lenta, sin forzar. Con la práctica de mindfulness a la respiración consigo tener una energía nueva, que no solo me hace sentir mejor, sino que me hace estar más vivo. Mindfulness a la respiración lo practico durante media hora cuando me siento por las mañanas temprano; siento cómo el aire entra en mi cuerpo, primero lo siento cuando toca mis aletas nasales, después cómo la inhalación se vuelve profunda y la exhalación lenta; al practicar lo hago sin forzar, de una manera natural. También lo hago llevando el aire a cada parte de mi cuerpo con una sonrisa y con afecto. Veo la importancia de llevar mindfulness a las cosas que hago durante el día; mientras preparo el desayuno, mientras camino hacia el trabajo, cuando cojo el autobús, mientras espero algo; también en el trabajo practico mindfulness cuando me suena una campana en el ordenador cada quince minutos, me avisa de que debo llevar la atención a mi respiración. Al hacer mindfulness a la respiración logro estar más consciente de que estoy vivo y al conseguir una energía extra puedo sentirme más vivo. Mindfulness a la respiración me acerca a la buena vida
