Paso Once LXII, mi niño interior X

El código ético del budismo enseña los cinco propósitos, y el cuarto es no mentir.
Es algo que le diría a cualquier niño, no mientas. Así mismo se lo digo a mi niño interior, si mientes no tendrás buenos amigos, no te tomarán como una persona valiosa y tú a ellos tampoco. Si mientes las relaciones que tendrás estarán basadas en la desconfianza, ellos de ti, y tú de ellos.
Le diría a mi niño interior, que al mentir tu palabra pierde valor, para ti y para los demás, y esto te ocasionaría una pérdida de autoestima, con todos los problemas que se derivan de una baja autoestima, uno de los más perjudiciales es el intentar llenar ese vacío personal con otras sustancias tóxicas, que te hagan creer que eres mejor.
Mentir es un hábito que va creciendo con el tiempo y aunque seguramente la genética es decisiva, yo soy responsable de mi transformación, ahora que soy consciente de mi honestidad, puedo hacer cosas para avanzar en este camino. Si no soy honesto conmigo mismo, no lo podré ser con los demás.
Mi experiencia es que practicando la honestidad conmigo, voy adquiriendo el hábito y puedo ser honesto también con los demás.
A mi niño interior le diría que una persona que suele mentir, su palabra pierde valor, y las consecuencias es que sus relaciones personales serán tóxicas y su autoestima baja, será una persona que en el fondo los demás no confiaran en ella, ya que no manifiesta de forma honesta lo que dice o hace.
La práctica de este propósito logra que mi autoestima aumente, que las relaciones personales sean más sanas y estén basadas en la confianza.