Paso Once LXIII, mi niño interior XI

El código ético del budismo enseña los cinco propósitos, y el tercero es evitar conductas sexuales dañinas.
Lo que pretende este propósito es no hacer sufrir, a uno mismo, a tu pareja, a tu familia, a otras personas y otras familias.
Al abandonar a mi niño interior, con el tiempo fue creciendo un vacío interior que intenté llenar con sustancias, que me alejaban cada vez más de él.
Con el tiempo el amor por mi, que sentía de niño, se fue apagando y este amor lo intentaba suplir manteniendo un amor conflictivo con mi pareja, buscando en ella lo que yo mismo no podía darme.
Las consecuencias de este comportamiento fue una vida familiar llena de conflictos. He necesitado recuperar a mi niño interior, abrazarle, cuidarle, acompañarle, comprenderle, para ir recuperando el amor, por él, por mi.
Desde que mi niño interior me acompaña durante el día puedo sentirme querido por mi mismo, ya no necesito poner el poder que necesitaba de amor en mi pareja, ahora puedo dármelo yo y mi relación ha cambiado. Puedo relacionarme con ella de una manera más auténtica, más alegre, disfrutando de un amor más verdadero.