Paso Once LXVI, mi niño interior XIV

Este Paso Once, a través de la meditación, estoy pudiendo ver, de una manera amorosa, como he ido traicionando a mi niño interior para ir tomando comportamientos que no son míos, con la esperanza de que así conseguiré más, más amigos, más cosas, más dinero, más no seque, y sin embargo lo que produjo en mí fue un vacío que lo tuve que llenar con sustancias y relaciones tóxicas.
Ahora puedo ver a mi niño y a todos los niños del mundo como personas maravillosas, auténticas, amorosas, tranquilas, alegres, y al ser así con solo su presencia nos parecen agradables de mirar. Todos podríamos ser así, bastaría con liberarnos de todas las ataduras que hemos ido adquiriendo durante nuestra vida. No es un camino corto, pero como todo camino comienza con el primer paso.
Ser una persona agradable para uno mismo y para los demás, no es algo que tenga que ver con la edad, ni con la belleza, ni con la cultura, ni con el dinero, ni con nada que no haya estado siempre dentro de nosotros, es algo que todos podemos conseguir, pero para lograrlo es necesario ayuda. En mi caso la he tenido de Él Programa de los Doce Pasos, de los grupos y de mi Poder Superior; yo solo he tenido que poner mi buena voluntad y constancia.
Las mejoras van apareciendo al poco tiempo de comenzar y eso nos anima a seguir.
Para ser una persona agradable, a mi mismo y a los demás, no necesito destacar en nada, basta con mi presencia, solo por el hecho de estar, de forma que mi cuerpo y mente este presentes y unidos en el momento presente, así puedo mostrar mi mejor parte, sentirme a gusto y disfrutar, de la compañía de los demás, de cada momento. Conseguir esto no es tarea de poco tiempo pero tampoco es difícil de practicar, lo necesario para lograrlo es ayuda y constancia, y se ven resultados pronto