Paso Once LXXIII, mi niño interior XVIII
Ayer volví a caer en la envidia, de querer ser como los demás para que me quieran más.
Reconocí la envidia, la manera de manifestarme como otra persona, más graciosa. Quise callarme para no dejar que se manifestara pero no lo conseguí; había un asunto que requería de mi participación, veía cómo seguía manifestándose, quería callar pero no podía, veía como los demás lo notaban.
Me fui a casa mal, con un sentimiento de frustración, de traición a mi mismo.
A la mañana siguiente pude ver a mi niño interior, estaba llorando, había tenido miedo de manifestarse como es él, caminé con él, le abracé, y poco a poco se le fue pasando.
Hablamos, le dije que ya no tiene que tener miedo, ahora nos hemos hecho mayores y nunca le abandonaré. Desde hace un tiempo vemos como ha mejorado nuestra relación, él está superando muchos miedos y en muchas ocasiones, mi yo adulto, cuando ve que va a manifestar la envidia para tener comportamientos que no son suyos, conecta con mi niño interior, le da confianza, tranquilidad, y los dos nos sentimos mejor.
Este Paso Once me dice que mejore mi contacto con mi Poder Superior, y lo que estoy experimentando es mayor contacto con mi niño interior, que nos aporta más bienestar.
Las cosas buenas que me transmite mi Poder Superior, la Naturaleza, también me las está dando mi niño interior, de alguna manera se está convirtiendo en mi otro Poder Superior, ambos tienen el poder de hacerme mejor la vida.