Paso Once XVI, miedos

No tengas miedo, manifiéstate como tú eres, no te va a pasar nada, no te van a rechazar, no vas a dejar de tener amigos. Cuando siento que digo, que hago algo, un gesto, una forma de hablar, un comportamiento, una forma de sentir, de pensar, algo que es de otra persona; que lo hago para que me admiren, para que me quieran, creo que es debido al miedo que tuve de niño al rechazo, al abandono, a que no me quisieran sino era como los demás. He llegado a ver que cuando caigo en la envidia, de querer ser como los demás para que me quieran más, es porque mi niño interior se asusta de lo que pueda pasar, huye de él, toma comportamientos que no son suyos, creyendo que es más seguro eso que va a decir, que va a hacer. Ahora puedo decirle yo, de adulto, que no tenga miedo, que no le va a pasar nada, que si alguien no quiere mi compañía, hay otras muchas personas que sí la quieren. Querer, dejarme querer. Necesito darle tranquilidad, seguridad, compañía, amor para que supere el temor al rechazo. Necesito buscar a mi niño interior para compartir con él todos los momentos posibles, pedirle que me acompañe al trabajo, a la montaña, con los amigos, cuando vaya a la compra; conectar con él cuando medito, sentir que yo, de adulto, sigo siendo él, de niño. Mi niño interior nunca ha dejado de existir, sigue estando ahí, en mí. Mi parte más auténtica, más amorosa, más tranquila, sigue estando en mí. Ahora, este Paso Once, me indica el camino para conectar con ella, con mi Poder Superior; me acerca a la buena vida.

Entradas