Paso Once XXVI, huida

Dejar de huir de mí para conectar conmigo. En los ejercicios de meditación me cuesta estar conmigo. Los pensamientos se me van de un lado para otro, me vienen ideas sin sentido, muchas disparatadas, aparecen mis preocupaciones, vuelven los recuerdos del pasado, las visiones del futuro, los proyectos, las cosas por hacer, pensamientos con cosas que me alteran, unas buenas, otras malas. Uno de los grandes obstáculos que encuentro al meditar son mis pensamientos, y comienzo a ver que son parte de la huida de mi mismo. He llegado a que mi estado natural sea huir de mí, a través de los pensamientos, y cuando los pensamientos no los quiero, tengo otros recursos para continuar huyendo de mí, me conecto a otras cosas, como a las noticias, programas, películas, a la lectura o a una conversación aunque sea tóxica, al trabajo compulsivo, otra forma de huir de mí es adquiriendo comportamientos que no son míos, cosas que digo, que hago, ajenas a mí, con la intención inconsciente de no conectar con mi cuerpo, conmigo. Al meditar, el hábito de huir de mí, también se manifiesta haciéndome sentir que estoy perdiendo el tiempo. Uno de los obstáculos mas difíciles de salvar, en el hábito de huir de mí, es no prestarme atención, permitir y buscar pensamientos que me impidan conectar con mi cuerpo. Verlo, darme cuenta de que constantemente estoy huyendo de mí, llevar la atención a mi cuerpo a través de la respiración; sentir cómo el aire entra y sale por mi nariz; sentir cómo el aire entra y recorre mi cuerpo y al finalizar comienza a salir hasta abandonar mi cuerpo; sentir el aire cómo entra en mi cuerpo y al salir se dirige hacia cada órgano de mi cuerpo con afecto y una sonrisa; y el cuarto paso de meditación, poder soltar todo para sentir mi cuerpo sin más. Entonces la práctica de la meditación se convierte en algo agradable, un momento del día en el que me permito conectar totalmente con mi cuerpo, conmigo; recuperando todos los buenos sentimientos que tuve cuando niño. Si pierde el temor a manifestarse, mi niño interior me puede ayudar a dejar de huir de mí, a volver a querer estar con mi cuerpo, conmigo. Mi niño interior me acerca a la buena vida.

Entradas