La meditación consigue que practique la atención plena y la concentración sobre mi respiración; las dos son las que me permiten conectar conmigo mismo, ser más yo mismo. Este es el camino, paralelo al Programa de los Doce Pasos, que me lleva a ver más claro quién soy. Hasta este paso he visto cómo soy, ahora intento ver mi ser auténtico, quién soy. Para eso necesito mirar de otra manera, más profunda, más a mis orígenes, a mi niño interior. La atención plena y la concentración las practico no solo cuando medito, también lo hago cuando me suena la campana del móvil cada quince minutos, en el super, recogiendo la cocina, al caminar; cualquier momento es bueno para conectar conmigo, con mi cuerpo, a través de mindfulness, de la atención plena y la concentración. Cuando la practico bien se me van de la cabeza todos los pensamientos que dan vueltas para no dejarme tranquilo; en el momento en que conecto conmigo a través de esta práctica siento bienestar, un estado agradable que es causado por sentirme yo mismo en ese preciso momento. La forma en cómo lo logro es darme cuanta de todo lo que percibo, lo que siento, mi cuerpo, sin pensar. Es la manera que estoy descubriendo de conectar más conmigo, de liberarme de las preocupaciones, del pasado, del futuro, de los proyectos. Solo me ocupo de pensar cuando me lo proponga de forma consciente, voluntaria. Con esta práctica voy consiguiendo una nueva sensación de bienestar, de que todo está bien, de que puedo estar bien en el momento presente. La atención y la concentración me acercan a la buena vida
