Tengo que continuar, de momento no he solucionado nada, “Estuvimos totalmente dispuestos a dejar que nuestro Poder Superior liberase todos estos defectos de carácter”. Hasta ahora sólo he reconocido mis defectos de carácter en el cuarto paso y he sentido un sincero perdón, me he perdonado todas las cosas que hice mal en mi pasado en el quinto paso. Es aquí cuando me doy cuenta de la dificultad de este paso, si no puedo quitarme un defecto cómo voy a poder quitármelos todos. Asumo mi limitación, de entre todos los defectos escojo los cuatro que más daño me han hecho, los que más escondidos los tenía, los que más me ha costado reconocer, aceptarlos como parte de mi naturaleza. Hay otros defectos que aunque los veo y sé que me perjudican, también me aportan cosas que me hacen bien, me encuentro cómodo con ellos, los tengo identificados, de momento decido sobrellevarlos con la confianza de que no están descontrolados, que sabré manejarlos. Hay otro grupo de defectos que decido de momento no trabajarlos, de alguna manera después de identificarlos me olvido de ellos, vuelven a mi inconsciencia con la predisposición de que más adelante los volveré a recuperar para liberarme de ellos, siempre y cuando logre primero liberarme de los tres elegidos. Este paso lo di en poco tiempo, no me imaginaba lo que me esperaba en el siguiente, el paso que más tiempo me llevaría. Cuando hice este paso estuve dispuesto a dejar que mi Poder Superior me liberase de estos cuatro defectos, sentí que me acercaba a la buena vida.
