“En cuanto a nuestro grupo y sus asuntos, sólo existe para nosotros una autoridad fundamental: Un Dios de amor que se manifiesta en la conciencia de nuestro grupo. Nuestros líderes no son más que servidores de confianza y no gobiernan”. No hay personalidades que destaquen por su poder, las hay que destacan por su humildad, esto es lo que me atrae a quedarme. Nadie me controla, nadie manda, todos somos iguales, nos necesitamos, siento sus afectos, ellos sienten el mío, algo nos une, el sufrimiento. La necesidad que tenemos de seguir unidos hace que todos los que podamos estemos dispuestos, durante algún tiempo, a realizar servicios para el grupo, el coordinador, tesorero, el secretario, que serán relevados en las reuniones periódicas del grupo, todo se decide por votación, nadie tiene autoridad, son servidores, no gobiernan. Que buena sensación la de sentir que no me van a dirigir, que yo no tendré que imponer mis criterios, todo fluye sin esfuerzo, un Poder Superior que se manifiesta a través de cada uno de nosotros logra que haya una conciencia única. Todos sentimos sus efectos positivos, muchos estamos dispuestos a servir al grupo para mejorar, hacer algo por los demás. Cuando un servidor quiere dejar el cargo siempre hay alguien que se ofrece para coger el servicio. Tenemos la conciencia de que necesitamos al grupo para tener una mejor vida. Todavía estoy sorprendido de cómo sin autoridades, sin personas que gobiernen, un grupo de personas como yo podemos organizarnos.
