Undécima tradición

Crecer despacio, con bases sólidas, asegura mi confianza en el programa. “Nuestra política de relaciones públicas se basa en la atracción y no en la promoción; debemos mantener siempre nuestro anonimato personal ante la prensa, radio y tv”. Pedir ayuda, buscarla, encontrarla cuando estoy sumido en la oscuridad. Estar con otra persona que conoce el programa, que me habla de él, que pierde su anonimato. En esto se basa la atracción, en pasar el mensaje a las personas que lo necesitan, sin dejarme llevar por mi ego al decírselo a personas que no están receptivas al programa, a los medios de comunicación que me hacen decir y hacer cosas que creo adecuadas para ganarme la aprobación de los demás. No se trata de no darnos a conocer sino de que nadie represente al grupo ante los medios. La atracción se basa en algo auténtico, que experimento cada día, en un programa que me suministra de herramientas que me permiten tener una vida mejor y es mi deseo darla a conocer a las personas que la quieran, aunque sé que no serán todas las que la necesiten. Hasta hace poco me he mantenido demasiado anónimo, ya es hora de que comience a dar a conocer El Programa de una manera discreta, cercana, cuidando de que no sea mi ego el que guía mis palabras, no dejándome llevar de él para ganarme el afecto de los demás sino como algo de lo que no sacaré más provecho que el de seguir activo en El Programa. Haciendo esto creo que estaré en el camino de la buena vida.